viernes, 22 de marzo de 2013

El amor nos dio cocodrilos – Joel Flores




Reseña personal: El amor nos dio cocodrilos de Joel Flores (escritor de Zacatecas, México, 1984) fue publicado en 2012 en una edición digita por VozEd Editorial y es el primer libro de relatos del autor, escrito entre el 2007 y 2009 bajo el apoyo del FONCA (México) y la Fundación Antonio Gala (España).

Respecto al autor, es Licenciado en Letras por la Universidad Autónoma de Zacatecas, ha publicado en varios medios impresos y digitales, entre ellos las revistas Tierra adentro y Carátula, y los periódicos La Jornada (México) y El Informador (Nicaragua), y ya tiene un segundo libro de relatos, titulado Rojos semidesierto (que por supuesto tendré que conseguir).

El libro está conformado por siete relatos, disímiles entre sí en cuanto a la problemática central pero siempre semejantes en cuanto a diversas temáticas, como la muerte, el dolor por la pérdida, los distintos trastornos mentales de los personajes y el asombro de lo desconocido o inesperado. El propio título crea una atmósfera que envuelve a todos los relatos, pues en todos ellos se encuentra un tipo de resultado inesperado y cruel de una unión que en principio parecería positiva o que usualmente resuelve sus problemáticas con ayuda externa, pero aquí todo se desarrolla hasta sus últimas consecuencias.

La narrativa, siempre en primera persona, es en partes de corte del realismo sucio y el papel de la ficción es tan ordinario o normal que se conjuga a la perfección con la realidad misma del espacio literario, fusión que crea un universo fantástico impactante y siempre posible, que se debate entre una creación verídica y un acontecimiento meramente onírico.

Para especificar más lo anterior, escribiré sobre cuatro de mis relatos favoritos del libro, empezando por el que le da el título a la compilación: El amor nos dio cocodrilos, en donde una pareja joven adopta un cocodrilo por hijo, que después de un tiempo toma características humanas como el habla, la maldad y los celos. Esto por supuesto no puede llevar a ningún buen término y el final de la historia es tan sorprendente como inesperado.

En Hector Foley, es precisamente como lo refiere el autor en la misma historia: El espectador busca lo que no se oculta, lo que le hace ver nuestra jodida realidad.”  Es una descripción cruda del contexto de un psicópata libre en la sociedad, como tantos, con altibajos de autoestima y que se sabe perdido en una sociedad donde no encaja, pero que no por eso debe ser él quien  abdique del mundo.

El visitante es un cuento de narrativa daviliana, en el que Flores deja confirmada su admiración por la escritora también zacatecana Amparo Dávila, una de mis escritoras favoritas y por quien conocí a Flores, pues buscando información sobre ella, encontré el blog del escritor, donde encontré un relato de hace algunos años inspirado en nuestra mentora, logré ponerme en contacto con él y descubrí su obra más actual y todo lo que hay por aprender. Este cuento se desarrolla en un espacio cerrado y rodeado de peligro, el problema es cuando parte de ese peligro logra entrar por una invitación y el terror entonces se convierte en algo contundente pero psicológico, no físico. Y este es un terror mucho más angustiante.

Por último, Hiperbólico, un cuento narrado a través de la voz de un escritor (detalle singular) que realiza su declaración a otro escritor, para que pueda transcribir su historia y la de a conocer fuera del lugar donde se encuentran, pero sin cambios o alteraciones. Es el cuento del que más tengo que decir.

El escritor, acusado y sentenciado, le dice entonces al otro escritor:

“Si usted quiere ser de verdad un escritor le tengo que dar dos claves para que lo logre. Primera: no haga caso del canto de las sirenas. O usted enséñeles a cantar a su ritmo. Segunda: intuición, caballero, para todo la intuición. No sólo en lo que escriba, sino en lo que le cuenta a la gente y en lo que la gente le cuenta a usted.”

Enseñarlas a cantar a nuestro ritmo es poder escribir cuando se quiera hacer, no sólo cuando la “inspiración” nos visite. Hacerla venir, hacerla llegar.

“Yo, fiel amante de la literatura y de la idea de renovar el canon literario, maté a cuatro inocentes y lo volvería hacer si es necesario.” Me hizo recordar también una pregunta que alguna vez me hicieron: ¿se puede escribir de lo que no has vivido/experimentado? A lo que sin dudar contesté que no… para darme cuenta, unos minutos después, de mi garrafal error. Claro que puedes escribir de lo que no has vivido, de hecho la mayoría de la literatura de ficción está construida por sucesos que jamás han sucedido y poco probables de ocurrir, pero fundados o basados en lo mínimo en hechos o experiencias reales, asimiladas en otras fantásticas, para tales efectos. Claro que puedes escribir de lo que no has experimentado y sobre todo cuando ese algo supone o conlleva problemas legales, científicos o físicos, rompe o va en contra de alguna ley natural o civil y por tanto es ilegal. En este relato, el escritor necesita realizar el acto del que tanto escribe pero no ha realizado, pues a través de la experiencia real podrá llegar a ese objetivo final  de la manera más acertada posible, para poder concluir monumentalmente su obra literaria:“Recordé que mis historias podían ser famosas por el escándalo que podían provocar. Estaba seguro que renovaría muchas de las percepciones que se tienen sobre la literatura y su creación.” Y es así como a través de un personaje, encontramos al escritor abogando por una literatura diferente, fuera del canon literario establecido, una literatura distinta y nueva, como la suya.

Tengo una afinidad muy grande del tipo “yo quiero escribir algo así” con estas historias, y en algunas partes tuve que releer párrafos o líneas completas tres o cuatro veces, debido a lo impactante del suceso o la declaración.

Los finales abiertos dejan una especulación muy grande y deseos de saber qué pasa después, cómo se soluciona el conflicto o saber las respuestas de las incógnitas ya hechas. Respuestas y soluciones que cada quien tratará de hacer mental e individualmente, y aún si se dejan en una interrogante eterna (como ha dejado algunos el autor), los cuentos, sus problemáticas y revelaciones ya habrán sido apropiados por el lector con el simple hecho de haberlos leído.

A los afines a la literatura de ficción y suspenso queda más que recomendado, para aquellos que después de leer esta reseña tengan dudas o quieran resolver el misterio de las historias, también.

Y para aquellos puristas del lenguaje (grupo del que debo confesar que yo formaba parte hasta hace unos años) sólo les digo lo que se afirma en el libro: “Uno debe empuercar el lenguaje para hacer literatura”.

Dejo el enlace del blog del autor, donde podrán encontrar artículos y más material escrito por él, incluido el cuento El huesped y su contacto en facebook:

http://bunker84.blogspot.mx/search/label/cuentos

El e-book lo pueden comprar en Amazon, a través del siguiente enlace:

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