jueves, 17 de enero de 2013

El señor de las moscas - William Golding





Reseña personal: El señor de las moscas (Lord of the flies) de William Golding (escritor y Premio Nobel de literatura 1983, británico, 1911-1993) es una novela distópica que fue publicada en 1954, tras haber sido rechazada por varios editores, y es su obra más representativa y célebre. Se considera como un clásico de la narrativa británica de posguerra, donde entran autores como George Orwell y John Ronald Tolkien. Años después de su publicación, fue una lectura obligatoria en las escuelas de Inglaterra.



Está escrito en tercera persona y a pesar de la carga ideológica que tiene, es una lectura muy ágil que cuenta con diversos diálogos entre sus personajes desde la primera página. La novela narra la historia de varios niños de una edad que oscila entre los 5 y 12 años, estudiantes británicos que estaban siendo evacuados en un vuelo debido a la Segunda Guerra Mundial, en el cual viajaban sin compañía de algún adulto, a excepción del piloto, que muere debido al impacto. El avión cae a causa de una fuerte tormenta y aterriza estrepitosamente en una isla, donde los niños deberán permanecer y sobrevivir hasta que su rescate (o lo peor) suceda.



La historia es una analogía de la naturaleza humana, y el haber utilizado niños procedentes de una sociedad íntegra y de una forma de vida instruida como personajes y modelos de conducta deja claro que el proceder humano libre de normas de comportamientos o códigos morales puede ser tan salvaje y cruel como el de cualquier otro animal. 



Golding narra cómo los personajes, después del incidente, indagan el lugar y se van encontrando y conociendo poco a poco, pero desde el principio, viéndose solos y sin saber cómo reaccionar o qué hacer, empiezan los problemas: “Caminaron juntos, como dos universos distintos de experiencia y sentimientos, incapaces de comunicarse entre sí.” Los protagonistas de la historia son tres de los 'niños' de más edad y cada uno tiene características naturales humanas muy peculiares y singulares pero también contradictorios, como la cordura, benevolencia, reflexión y disciplina; pero también la codicia de dominar, la perversidad y brutalidad.



De haber logrado unirse y resolver las problemáticas de sus vidas en la isla juntos, no hubiera resultado imposible imaginar una factible solución para que llegaran a una buena organización, pero por supuesto, esto no ocurrió y cada uno, sobre todo en sus momentos de soledad, “Se perdió en un laberinto de pensamientos que resultaban oscuros por no acertar a expresarlos con palabras.” La esperanza era un sentimiento que empezó la aventura con ellos pero que conforme pasaban los días, se iba haciendo más tenue, hasta desaparecer. Y fue entonces cuando el caos reinó entre ellos.



Los temas específicos que Golding trata en su novela son entonces el resultado del encuentro del progreso o la civilización con la barbarie (o el regreso a ésta) y la pérdida de la pureza infantil.



Como ya mencioné, la historia se sitúa en la Segunda Guerra Mundial, y si bien no todos los niños vivieron un peligro extremo gracias a que los rescataron los adultos, aquí cabe preguntar quién pondría un límite a esos adultos que peleaban entonces impetuosa, violenta y sádicamente por obtener el control y el poder, y parece ser que la única respuesta son la destrucción y la muerte mismas.



El relato, al pensarse con niños, da una perspectiva infantil e inocente que se va perdiendo conforme transcurre la historia en las páginas, hasta llegar al verdadero terror y desconcierto por los actos in-humanos que realizan, logrando así la finalidad que buscaba Golding: mostrar al ser humano tal cual es. 



Decidí leer el libro por una recomendación personal y también por resolver la incógnita del título de éste, que me atraía desde tiempo atrás: ¿Quién es el Señor de las moscas? Respuesta que por supuesto encontré, y que si no lo han leído, es su turno de cuestionarse y responder.



Tras la lectura descubrí que la novela fue llevada a la pantalla grande en 1963 por el director británico Peter Brook y posteriormente, en 1990 por el estadounidense Harry Hook.



Únicamente vi la versión de Harry Hook y es de la que hablaré, además de que la primer versión, al ser hecha por un británico, me da la impresión de tener más puntos a favor (y lo digo con temor a equivocarme, “criticando desde la ignorancia”).



La película de Brook cuenta con un reparto fenomenal, pues los actores encajan perfecto en las descripciones de los personajes de la novela y está muy bien lograda, sigue prudentemente la historia de la novela aunque cambia algunos detalles. Pensando que una película basada en un libro es la interpretación del director sobre su propia lectura, ésta apreciación de la historia y todo lo que conlleva merece un buen reconocimiento, pese a tener algunos efectos deficientes.



Libro y película quedan más que recomendados.

2 comentarios:

  1. Más punch a tus reseñas. No leí la palabra 'supervivencia'. Si fuera un lector exigente tampoco incluiste 'muerte' o 'maquillaje de guerra', 'inocencia' o 'infancia'. Sólo porque he leído el libro antes, pero tus reseñas deben incitar a que la gente se vuelque sobre el libro y no lo puedan dejar de leer. Gracias.

    ResponderEliminar