lunes, 8 de octubre de 2012

Un hilito de sangre - Eusebio Ruvalcaba



Breve reseña personal: Un hilito de sangre, de Eusebio Ruvalcaba (escritor y periodista mexicano, 1951) es su primer novela y con la cual ganó en 1991 el Concurso Literario Agustín Yáñez. La historia está contada en primera persona y el vocabulario utilizado es el propio del adolescente: común, ordinario y en ocasiones soez y repetitivo, incluso hace uso de muletillas y lugares comunes.

Narra distintos acontecimientos que vive un adolescente en dos días de su corta vida, personaje que resulta de lo más peculiar, pues a pesar de tener escasos trece años, es amante de los libros y del lenguaje, cuestión que me pareció de lo más interesante, pues gracias a esas características la novela tiene varias implicaciones intertextuales y culturales que dan indicios del genio y estilo del escritor.

La novela da razón de su título en un capítulo crucial, uno de los más intensos y que marcan a León (el adolescente) para lo que le quede por vivir. Es una ficción muy realista y que a pesar de estar escrita dos décadas atrás, es del todo actual y vigente.

A lo largo del libro se hace mención de varias obras lexicográficas y otros libros peculiares que gracias a mi natural desconfianza me di a la tarea de buscar y sí, todos ellos existen, así que tengo más libros por leer  (añadidos a la ya existente y basta lista) gracias a Ruvalcaba, de quien también copio la idea de su personaje principal para hacer mi enciclopedia de "Los Casos Más Extraordinarios de Enfermedad Mental que me ha Tocado Conocer".

La novela finaliza con un tipo de iocus in iocus (broma en broma o una broma contada a manera de broma) que no es sino uno de los principios vitales en la realidad humana: no tomarse nada en serio, pues nada es personal.

Como último comentario, tengo conocimiento de este libro desde mi adolescencia, cuando cursaba la secundaria, gracias a que mi maestra de Español nos comentó sobre la novela. No recuerdo sus palabras o frases, pero lo que sí recuerdo es que desde entonces creé un tipo de fijación con aquél libro, que por cuestiones del destino y extrañas coincidencias en las que también tienen cabida los sueños, diez años después tuve la oportunidad de interpretar.

A pesar de que no es propiamente un libro "para subrayar", estas cuantas frases me atrajeron por su esencia reflexiva:

“-Soy lector voraz- respondí, preguntándome si entendería el significado de lector, de voraz y de soy.” P. 44

“Si imaginar no es pecado. Jesús hubiera agregado un mandamiento más, el número once: No imaginarás. Pero no lo hizo porque él mismo se lo imaginaba todo, ¿o no?” P. 68

“Siempre serás esclavo de los demás, un títere, una marioneta, el muñeco de un ventrílocuo, la nada. Eso es. La humanidad es la nada. Mucha gente se pregunta que es la nada y yo tengo la respuesta: la humanidad. La humanidad es la nada.” P. 81

“Nos hacemos la ilusión de que tenemos un montón de cosas, hasta de seres humanos, cuando en el fondo estamos vacíos (...)” P. 107

“(...) no digo indistintamente parejas sino parejas entre las parejas: un hombre y una mujer que nacieron en puntos distantes, que bien podrían llamarse equis y ye, y que por fin pasa una recta por ambos y los une inevitablemente.” P. 145

2 comentarios:

  1. ¿Has leído "El Guardián entre el Centeno"?

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  2. ¡No! precisamente es una de las lecturas pendientes que saqué de este libro. ¿Tú me podrías comentar sobre él?

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